Primavera de Fábula


Hola! Me encanta poder contarles ésta experiencia que he vivido. 
Resulta que a Patricia Bonillo (El dulce Salón de Paty) tuvo la idea de reunirnos a unos cuantos (35 en total) diseñadores de tartas de España para darle la bienvenida a la primavera de una manera diferente. Cada uno debería hacer un trabajo basado en alguna fábula que tuviera que ver con la primavera. Yo elegí una que encontré en la web y que lamentablemente no supe el nombre de la autora, el de la fábula es El día que Otoño conoció a Primavera.
La verdad es que ha sido muy bonito compartir y conocer aunque sea a través de facebook a todas las personas que han colaborado y que son unos verdaderos artistas.
Tengo que destacar también a otras tres personas que ayudaron en la organización para que todo salga fenomenal como Daniel Díeguez (Fogar12 Fogar) que se encargó de hacer el precioso logo, a Isabel Tamargo (Tartas Imposibles) que montó el vídeo, y Arantxa Arteaga que se encargó del montaje en Facebook etc.
Les invito a pasar por la página de facebook para ver el vídeo y todos los trabajos expuestos.
También les dejo la fábula para que sepan interpretar mi trabajo.





Fábula de cómo Otoño conoció a Primavera

Eran mediados de octubre y Verano seguía haciendo de las suyas, así que Primavera no encontró otra solución que salir a buscarle. Todos los años pasaba lo mismo. Aunque tenía que regresar el 23 de septiembre Verano siempre se quedaba unos días más, era muy irresponsable, pero ¿qué se puede esperar de un niño? Porque Verano era un niño, un niñito rubio travieso que se dedicaba a ir de acá para allá correteando, sin importarle que tanta energía hiciera marchitar las preciosas flores que durante su estancia Primavera se había dedicado a pintar. Pero Primavera ya estaba acostumbrada a la despreocupación de Verano, igual que lo estaba al mal carácter del viejo Invierno, al que también conocía porque era quien le cedía el turno a mediados de marzo.

Primavera encontró a Verano durmiendo entre unos árboles. “Pobrecillo, tanta actividad lo ha dejado tan agotado que no le ha dado tiempo a volver a casa”. Le despertó para que volviera, pero cuando se disponía a regresar ella también detrás de él, algo la hizo detenerse. Escuchó unos sollozos que venían de detrás suyo. Debía de haber alguien escondido entre los árboles llorando. Anduvo un poco y le encontró, era un chico bastante más joven que ella, que estaba acurrucado bajo un sauce. Se acercó a él extrañada de verle llorar e intrigada en saber porque lloraba. Otoño, al ver que alguien se acercaba intentó serenarse un poco.

- Te he visto que estabas llorando – dijo Primavera - ¿qué es lo que te pasa?
- ¿no llorarías tu si tuvieras ante ti esto? – preguntó Otoño

Primavera miró alrededor y vio que las hojas que se habían ido secando al final del reinado de Verano empezaban a caer. Miró al cielo y unas nubes grises se acercaban lentamente con idea de ocultar el sol.

- ¡Este Verano! Perdónale, es su hiperactividad – dijo Primavera intentando consolar a Otoño – pero no te preocupes, caerán unas pocas hojas, pero el resto se salvarán.
- No, no se salvarán, seguirán cayendo, unas detrás de otras, hasta que los árboles queden desnudos
- Realmente es una pena – le dio la razón Primavera.
- Ver los árboles desnudos hace que la tristeza se apodere de mí y no puedo dejar de llorar. Entonces se nubla, llueve y todo se vuelve gris. Por si fuera poco, empieza a hacer frío, y allí abajo no se hace más que trabajar y trabajar.
Primavera sintió que Otoño le contagiaba su tristeza y mermaba un poco de su alegría perenne, pero eso no podía ser, así que trató de animarle un poco.

- No te preocupes, después de ti llega Invierno, un viejo huraño que cada vez que se cabrea dice: “Tomad, nieve”, pero después llego yo, y vuelve el sol, y con él y con el agua me llega la inspiración para pintar las flores, y que vuelvan a nacer las hojas en los árboles.
- ¿De verdad? – preguntó curioso Otoño.

Primavera le siguió contando y Otoño se calmó por completo, y las nubes abandonaron su intención de tapar el sol, pues Primavera le había regalado la esperanza de saber que los destrozos de Verano no durarían para siempre, así que la tristeza le fue abandonando poco a poco. Primavera volvió a casa feliz por haber hecho algo bueno por Otoño.


No sé si os habréis dado cuenta, pero Primavera cometió un tremendo error, ya que la misión de Otoño era estar triste, y llorar para que llegara el agua, que cayeran las hojas y que tras el invierno, volviera ella a llevar su alegría a la tierra. Pero no fue así, porque al rato de haberse ido Primavera, Otoño siguió llorando pues no volvería a verla,

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